La marimba es más que un instrumento musical: es un sonido que despierta recuerdos, un eco que atraviesa generaciones y un símbolo que une a todo un país.
En Costa Rica, pocas expresiones culturales tienen la capacidad de generar una emoción tan inmediata: basta escuchar las primeras notas para que aparezcan imágenes de fiestas patronales, bailes bajo el sol guanacasteco, encuentros familiares y celebraciones que definen la identidad costarricense.
Hoy, gracias al esfuerzo conjunto de instituciones, intérpretes, marimbistas, artesanos y comunidades enteras, la marimba sigue viva como un verdadero patrimonio de la nación.
Patrimonio cultural costarricense: la importancia del 25 de julio
La celebración del Día Nacional de la Marimba no surgió por casualidad: fue el resultado de una gestión consciente para fortalecer un símbolo cultural profundamente arraigado en la vida del país. El recorrido hacia esta declaratoria refleja años de reconocimiento, investigación y diálogo entre comunidades, instituciones y artistas.
Un primer paso llegó en febrero de 2015, cuando el entonces presidente Luis Guillermo Solís firmó el Decreto Ejecutivo N.º 39113-C, mediante el cual se establecía que cada 25 de julio (Día de la Anexión del Partido de Nicoya) también se celebraría el “Día de la Marimba: Patrimonio Cultural de la Nación”.
✨ Esta fecha tenía una fuerte carga simbólica: Guanacaste, especialmente la ciudad de Nicoya, es la provincia donde la tradición marimbística tiene un arraigo más visible. Aprovechar esa celebración significaba potenciar la presencia del instrumento en actividades nacionales como desfiles, conciertos, fiestas típicas y eventos comunitarios.

De Nicoya al calendario nacional: el paso definitivo hacia el 30 de noviembre
Sin embargo, el camino no terminó ahí. En agosto de 2017, Costa Rica dio un paso definitivo: la Asamblea Legislativa aprobó la Ley Nº 9419, con la cual el Día Nacional de la Marimba pasó oficialmente al 30 de noviembre, desligándose de las festividades del 25 de julio para obtener un espacio propio dentro del calendario cultural.
Este cambio permitió otorgarle una identidad independiente y profundizar su reconocimiento.
🧡 Además, esta Ley declaró "instrumento musical nacional marimba", o sea un Símbolo Nacional, reafirmando que no es solo un instrumento musical, sino un elemento esencial de la identidad costarricense, parte integral del patrimonio de la nación y de la organización cultural del país.
Para muchos intérpretes, artesanos y marimbistas, este reconocimiento fue un acto de justicia histórica.
Marimba y cultura popular Costa Rica: declaratoria oficial de la marimba como símbolo nacional
La marimba fue declarada Símbolo Nacional de la Cultura Costarricense mediante el Decreto Ejecutivo N.º 39113-C (2015), una decisión que consolidó su papel dentro de las expresiones culturales del país.
Las marimbas más antiguas de Costa Rica usaban jícaros y calabazas como resonadores, creando un sonido más suave y cálido que muchos artesanos aún recuerdan como único.
Este decreto, además de reconocer oficialmente su valor histórico y musical, subrayó la importancia de promover su aprendizaje, proteger las prácticas tradicionales y garantizar la salvaguarda del instrumento a través de acciones institucionales.
No se trató únicamente de un acto ceremonial. La declaratoria reflejó la preocupación por proteger un legado que estaba en riesgo debido al paso del tiempo, la disminución de artesanos y la necesidad de mayor investigación y apoyo estatal.
Este reconocimiento oficial permitió fortalecer políticas públicas, talleres, festivales y programas educativos a lo largo del territorio costarricense, involucrando a juventudes, escuelas de música, instituciones culturales, organizaciones locales y gestores que trabajan para potenciar su visibilidad.
Tradición marimba Guanacaste: un legado inseparable
Hablar de marimba es hablar de Guanacaste. La provincia ha sido, históricamente, el corazón sonoro de este instrumento. Sus fiestas típicas, especialmente las del 25 de julio, muestran la fuerza de una tradición que se transmite a través de las generaciones.
Durante las celebraciones del Día de la Anexión, la marimba acompaña: desfiles con música tradicional, bailes típicos al aire libre, corridas de toros, actividades comunitarias, ceremonias oficiales, festividades familiares que fortalecen la cohesión cultural.
Cada marimbista de la provincia ha mantenido técnicas interpretativas y estilos característicos que, a través del tiempo, han dado identidad propia al sonido guanacasteco.
Patrimonio cultural marimba guanacaste: el papel de la marimba en la cultura popular
En la vida cotidiana costarricense, la marimba ocupa un lugar privilegiado. Está presente en celebraciones, actos escolares, actividades deportivas, festivales nacionales, reuniones familiares y hasta en espacios institucionales donde su sonido acompaña ceremonias oficiales.
La marimba es un punto de encuentro entre generaciones: conecta a abuelos, padres, hijos y estudiantes que la descubren por primera vez en una clase, un concierto o un vídeo que circula en Instagram, Facebook o en Youtube. Su capacidad de unir comunidades la convierte en uno de los instrumentos más representativos del país. Además:
- es protagonista de bailes folclóricos,
- acompaña procesiones y tradiciones religiosas,
- forma parte de la iconografía turística de Costa Rica,
- se utiliza en grabaciones contemporáneas que la fusionan con nuevos estilos musicales.
Así, su presencia no se limita a la provincia de Nicoya o Guanacaste: está repartida a lo largo y ancho de Costa Rica como símbolo cultural, como patrimonio y como identidad nacional.
Diferencias entre la marimba de Costa Rica y otras marimbas centroamericanas
Aunque Guatemala y la tradición guatemalteca han tenido un rol histórico fundamental en el desarrollo de las marimbas centroamericanas, Costa Rica posee características propias que la distinguen dentro del continente. Algunas diferencias relevantes:

- 1. Afinación y construcción: las marimbas costarricenses suelen tener un sonido más suave, con resonadores adaptados a la tradición local.
La marimba guatemalteca, en cambio, presenta una afinación cromática más extendida y un timbre más potente.
- 2. Repertorio musical: Costa Rica desarrolla un repertorio ligado a bailes típicos, parrandas, música de salón y piezas folclóricas nacionales. En Guatemala, la marimba es un instrumento central para obras sinfónicas populares y piezas más complejas desde el punto de vista técnico.
- 3. Uso en la vida cotidiana: en Costa Rica, la marimba está relacionada con fiestas comunitarias, celebraciones locales y actividades escolares.
En Guatemala, su presencia es más formal y ceremonial, siendo un símbolo declarado de la nación desde hace décadas.
- 4. Oficio artesanal: la marimba costarricense mantiene técnicas artesanales heredadas de la tradición guanacasteca, mientras que Guatemala posee una industria artesanal más amplia y exportadora.
Aun con estas diferencias, ambos países comparten la pasión por un instrumento cuya historia ha moldeado buena parte de la identidad musical centroamericana.

Salvaguarda de la marimba: cuidar lo que nos une
La protección de la marimba es un esfuerzo colectivo que mantiene vivo uno de los grandes símbolos culturales del país. En Costa Rica, la formación musical (desde escuelas municipales hasta talleres para jóvenes e intérpretes con experiencia) impulsa nuevas generaciones y garantiza la continuidad del instrumento musical.
La salvaguarda también depende del trabajo de los artesanos que construyen marimbas y resonadores, así como de festivales, actividades culturales y proyectos comunitarios que reúnen a la juventud y fortalecen la organización local, especialmente en Guanacaste.
Paralelamente, instituciones públicas y equipos de investigación documentan su historia y técnicas, asegurando su protección dentro del patrimonio nacional. 🫶 Preservar la marimba es más que conservar un instrumento: es cuidar una tradición que sigue acompañando la identidad costarricense a través del tiempo.
La cultura es la memoria del pueblo, la conciencia colectiva de la continuidad.
Octavio Paz
Las tradiciones que rodean a la marimba duran porque siguen vivas en escuelas, festivales y comunidades que la sienten como parte esencial de su identidad. Su música acompaña celebraciones, proyectos culturales e incluso actividades relacionadas con la educación y los deportes, manteniendo un puente constante entre generaciones.
Cada interpretación es como una foto de la memoria colectiva del país, un recordatorio de que este instrumento crea contacto directo con nuestras raíces y continúa siendo un patrimonio que merece ser protegido.









